lunes, 21 de febrero de 2011

Lectura 3


Carlos Cuauhtémoc Sánchez
Salí de la avenida conduciendo muy despacio. Aunque tenía presente el tono de sensual
provocación en la voz de Joana cuando dijo "adonde tú quieras", no podía tomar la
iniciativa de llevarla a una habitación privada sin ratificarlo. Dentro de los preceptos
ineludibles de la seducción estaban el de nunca mostrarse demasiado ansioso y el de parecer
dispuesto a conversar indefinidamente como todo un bien intencionado amigo.
Sobre la calzada observé la indicación de un próximo centro comercial. Accioné el freno y
viré con cuidado para subir por la rampa del estacionamiento. Detuve el automóvil en un
cajón alejado de la entrada del supermercado y apagué el motor. Con las ventanas cerradas
y el coche inmóvil se presentó un tenso pero fraternal silencio.
—¿Qué vas a comprar?
—Nada... —titubeé como un adolescente desmañado y ella sonrió para darme confianza.
—Joana... —recomencé—: lo que te dije mientras bailábamos.. . es cierto. Desde hace
meses sueño con estar contigo. Eres la mayor ilusión de mi vida. Nunca tuve el valor de
confesártelo pero he sido tu gran admirador anónimo durante meses...
Se me apagó la voz. No quería cometer ningún error y eso me hacía sentir más tenso de lo
normal.
—Gracias por sacarme de esa fiesta —murmuró—. Necesitaba platicar con alguien que me
apreciara...
Mis manos jugueteaban pasando las llaves de un lado a otro. Ésta era la parte más difícil de
la conquista. También era la más emocionante y peligrosa. Debía besarla, pero, ¿cómo
franquear ese metro de asiento que nos separaba?
—Vamos a comprar una botella. Me gustaría brindar por nuestra amistad.
Asintió.
Salí del auto excesivamente rápido. Sólo necesitaba estar cerca de ella... Le di la vuelta al
coche y abrí su portezuela; me tendió la mano para ponerse de pie. No retrocedí ni un
centímetro.
—¿Vamos? —sugirió.
—No tienes idea de cómo me gustas, Joana.
Estábamos en la posición perfecta, pero no quiso levantar la cara.
—Vamos —repitió.
"¡Maldición, vamos!", pensé. Cerré el coche y caminé a su lado. La abracé por la espalda
sin conseguir que cooperara.
Compré vasos desechables, botanas, refrescos de cola y una botella mediana de brandy. Al
entregarle el dinero a la cajera vi los sobres de preservativos al lado de mi amiga. Hubiera
sido imposible tomar uno sin que se diera cuenta. (Chasqueé la boca.) Hacer el amor sin
protección era apostar el todo por muy poco, y ya me estaba cansando de esas emociones.
(Moví la cabeza después.) ¿Quién me había dicho que me saldría con la mía? (Sonreí.) En
todo caso los juegos en los que se arriesga más son los que más se disfrutan.
De regreso hacia el coche la abracé nuevamente y sentí cómo esta vez aceptaba la caricia
refugiándose en mi abrazo.
Antes de introducir la llave en la chapa volví a intentarlo.
—Me gustaría tener aquí mi carpeta de apuntes para mostrarte unos dibujos que he hecho...
de tu perfil. ¿Nunca notaste que en algunas clases me sentaba cerca de ti para contemplarte?
—sonreí y bajé la vista—. No atendía al profesor, sólo te dibujaba...
Cuando volví a levantar los ojos, ella me miraba muy fijo con la boca entreabierta en un
gesto de ternura. Me acerqué despacio y rocé con mis labios sus labios cálidos. Dejé caer las
bolsas de! mercado a nuestros pies; la botella hizo un ruido sordo al chocar con el piso. No
me inmuté. Apreté mi boca contra la suya para hallar la enloquecedora humedad de su
lengua. Fue un beso impetuoso, cargado de verdadera pasión. La abracé fuertemente y
acaricié su cabello, su espalda. Sentí el deseo crecer como un ente incontrolable y cerré los
ojos para entregarme por completo al movimiento sensual.

 2ª Parte
—¿ Quieres tener sexo ?
Mi pregunta fue tan directa que bajaste la cara mostrándote agraviada. Diste media vuelta con intenciones de salir.
—Espera...
Te detuviste en el umbral de la puerta. El escote triangular de tu vestido dejaba a la vista la piel blanca de tu juvenil espalda.
—No te disgustes —supliqué acercándome—. Eres una mujer muy hermosa.
Miles de hombres darían cualquier cosa por tenerte y me atrevo a suponer ésta sería tu primera experiencia... Pero antes que eso
ocurra, me gustaría que supieras algunas cosas de mi pasado.
Te volviste muy lentamente con gesto desafiante.
—Muy bien. ¿ Qué es exactamente lo que tratas de decirme?
Quise entrar en materia pero no conseguí más que tartamudear. Tu actitud apremiante y molesta bloqueó toda posibilidad de
comunicación profunda. Hilvané un par de mentiras para eludir la escabrosa situación y di por terminada mi confidencia.
—¿Algún día me contarás la verdad?
Asentí con tristeza.
No te despediste al abandonar el lugar.
Apenas me quedé solo busqué una hoja para escribir.
Después de un rato detuve mi escritura y observé la prolija carta mientras limpiaba las lágrimas de mi rostro.
Soy un amigo que nunca te traicionará.
Traicioné a muchas mujeres en el pasado y, créeme, sufrí tanto por ello que no volveré a hacerlo jamás.






http://www.tecvirtualcomitan.info/libros/lecturas/Sanchez,%20Carlos%20Cuauhtemoc%20-%20Juventud%20en%20extasis.pdf





Ejercicio: De la lectura anterior, contesta en tu Diario las siguientes preguntas
  1. ¿Has leído alguna vez "Juventud en Éxtasis, o algún otro libro similar?
  2. ¿Cuál?
  3. ¿Qué tipo de género es?, Ensayo, Resumen, Análisis, Novela, Cuento, etc.
  4. ¿Quién o quiénes son los personajes principales?
  5. ¿Crees que las lecturas como esta le aporten algo positivo a tu vida?
  6. ¿Quién es el autor del libro?
  7. En caso de no conocer el libro, ¿Te gustaría contemplarlo en un proyecto de lectura en la escuela?
  8. Anota e investiga el significado de las palabras que no has entendido.

1 comentario:

  1. best seller.

    (Voz inglesa).

    1. m. Libro o disco de gran éxito y mucha venta.


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